Qué es la Acción Humana según Mises y por qué cambia tu forma de ver la Economía


Todo lo que hacemos es acción. Desde lo más simple como levantarte de la cama, hasta decisiones complejas como invertir en un negocio o dejar una relación. Mises parte de una idea que parece obvia, pero que muy pocos entienden en profundidad: el ser humano actúa. Siempre. Y lo hace con un propósito.
A esa simple verdad, él la convirtió en una ciencia: la praxeología. No es una teoría económica con fórmulas, ni una corriente filosófica abstracta. Es la lógica del actuar humano. No se basa en estadísticas, ni en experimentos sociales, ni en promedios. Parte de un hecho que no necesita demostración porque se sostiene por sí mismo: que toda acción humana busca pasar de un estado menos satisfactorio a uno más satisfactorio.
Si alguien intenta refutar esto, ya está actuando. Está usando tiempo, energía y pensamiento para demostrar que el ser humano no actúa con propósito, lo cual lo contradice. Por eso Mises no necesita observar; deduce. No desde la opinión, sino desde la razón.
¿Y qué implica esto para tu vida? Que cada acción que hacés es una elección. Y que toda elección tiene un costo, porque al hacer una cosa estás dejando de hacer otra. A eso se lo llama costo de oportunidad. Lo importante no es el dinero que gastás, sino lo que dejás de ganar o experimentar por haberlo usado en otra cosa. Lo mismo pasa con tu tiempo, tu atención, tus vínculos. Todo lo que elegís revela tus verdaderas prioridades. No lo que decís que querés, sino lo que en realidad estás dispuesto a sacrificar por eso.
Cuando entendés esto, la vida se vuelve más clara. Empezás a ver que no hay errores neutrales, que cada decisión tiene consecuencias. Y que no podés escaparte de elegir, porque incluso no hacer nada… también es una elección.
La praxeología no te dice qué hacer. No te juzga. No pretende cambiar tu moral ni dictarte valores. Solo observa y deduce. Si alguien gasta su dinero en alcohol, o lo invierte en una empresa, no entra a evaluar si eso está bien o mal. Solo dice: esa persona creyó que eso le iba a dar mayor satisfacción. Punto.
Mises entendió que la economía no es una rama de las matemáticas. Es una rama de la acción humana. Y si la economía es humana, entonces no puede ser planificada por burócratas, ni manipulada desde una torre de marfil. Solo puede emerger del individuo, actuando libremente, eligiendo, errando, aprendiendo.
Por eso su obra no es una colección de teorías, sino un mapa. Uno que te permite entender el mundo tal como es, sin ilusiones. Y sobre todo, entenderte a vos mismo. Porque cuando ves la vida desde los ojos de la acción humana, dejás de esperar soluciones mágicas, dejás de culpar al “sistema”, y empezás a asumir que cada paso que das construye o destruye el camino que estás siguiendo.
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