El Contador y «La Grieta»

Ciudad de México, 2004.

Bajo un cielo permanentemente gris y un aire denso de partículas invisibles, la vida de Víctor Gómez se deslizaba sin hacer ruido. Treinta y ocho años, contador en una empresa de seguros que olvidó crecer después del '94. Su oficina, empapelada de informes amarillentos, olía a café recalentado y papel viejo. Su escritorio, una cápsula de tiempo: fax, monitor CRT, teclado beige con migajas entre las teclas.

Nadie hablaba con él más de lo necesario. Era parte del mobiliario, como la planta muerta junto a la copiadora. Para los demás, Víctor era un hombre sin atributos. Para sí mismo, apenas algo más.

Una tarde, el jefe de finanzas —un Rocha cualquiera— pidió un voluntario para una tarea que nadie quería: revisar cientos de quejas de clientes latosos para producir un informe completo para el día siguiente. Víctor levantó la mano. Ni él supo por qué.

Esa noche, frente a su computadora, con una conexión a internet que gemía por la línea telefónica, buscó algo que lo ayudara. Un banner apareció: "¿Estás listo para transformar tu presente? Future Inc. te espera." El diseño era limpio, casi anticuado para la época. Hizo clic.

Una interfaz apareció. Negra. Silenciosa. Solo un campo de texto parpadeante: Escribe tu pregunta.

Víctor tecleó con dedos incrédulos: "¿Cómo analizo 347 quejas de clientes y genero un informe con estadísticas y visualizaciones?"

Apareció una respuesta en la pantalla: “Carga tus documentos haciendo click en el botón inferior que tiene un símbolo de «+»”.

Los cargo uno a uno, nervioso, incrédulo y terminó al dar un click al botón de continuar.

En segundos, la pantalla vomitó respuestas: tablas limpias, diagramas profesionales, análisis de sentimientos y recomendaciones. Todo lo esperado y más. Incluso había análisis que él nunca había visto y, menos, realizado. Como si un ejército invisible de expertos hubiera trabajado toda la noche.

No durmió. No porque tuviera que trabajar, sino porque siguió probando. "¿Cómo anticipar los ingresos del siguiente trimestre?" "¿Qué indicadores financieros predicen la pérdida de clientes?"

Cada respuesta era perfecta. Sobrehumana.

El día siguiente, Rocha apenas creyó lo que vio. Nadie lo hizo. Pero todos lo aceptaron. Víctor había dejado de ser invisible. Ahora era el tipo que tenía las respuestas.

Pasaron los meses. Víctor ascendió. Compró ropa que no era de rebaja. Sus informes comenzaron a circular en dirección general. Sus compañeros murmuraban. Le tenían miedo o lo envidiaban.

Él mantenía el secreto: cada noche, Future Inc. respondía. Pero una madrugada de 2006, el sistema cambió. Un aviso apareció:

«Estás accediendo desde 2004. Servicio disponible hasta 2025.»

Nada más. Ninguna explicación, ninguna pista adicional.

No era una herramienta. Era una grieta.

Comenzó a hacer otras preguntas: "¿Qué pasa en México en 2025?" "¿Quién será presidente en 2018?" "¿Qué es COVID-19?"

Las respuestas eran detalladas. Demasiado. Pronósticos sobre IA, colapsos financieros, pandemias. No predicciones: afirmaciones. Algunas absurdas para su tiempo. Otras, simplemente escalofriantes.

Intentó exportar el conocimiento. Guardó archivos, imprimió todo. Pero el sitio le hablaba: "Tu acceso terminará. No intentes replicarlo. No puedes."

El enlace desapareció semanas después. Víctor no lo comentó con nadie. Pero ya no era el mismo.

A lo largo del tiempo Víctor había aprovechado «La Grieta», así la llamaba en su fuero interno, y se preparó para escalar en el organigrama de la empresa.

2023

Cuando la inteligencia artificial se volvió ubicua, él ya sabía qué esperar. Había invertido en las empresas correctas. Había evitado errores. Sus colegas pensaron que era un visionario.

En una carpeta oculta de su escritorio digital, guardaba los documentos de Future Inc. como otros guardan cartas de amor.

Una noche, recibió un último mensaje. Sin remitente.

“¿Quieres volver?”

Nada más. Solo un enlace. Esta vez no hizo clic.

Porque lo entendió: el futuro no se consulta. Se paga.

Años más tarde, en un evento de tecnología en Santa Fe, un joven se acercó a él. No llevaba gafete. No dijo su nombre. Solo dejó caer un pequeño dispositivo de vidrio en su mano.

—No es una herramienta, es una advertencia —dijo—. Lo que viene no puede evitarse. Solo entenderse. Pero cuidado con entender demasiado.

Víctor lo vio alejarse sin mirar atrás. Encendió el dispositivo. La pantalla negra. Un solo campo de texto. Como la primera vez.

“¿Qué debo saber?”, escribió. La respuesta llegó de inmediato.


Nota del Autor

Idea original de Roberto Andrade Fonseca (randradedev@gmail.com) con la colaboración desinteresada y sin ánimo de ganar un premio literario de Perplexity (para una primera versión) y de ChatGPT (para la versión preliminar y la imagen).
La petición para Perplexity fue extensa: definí el núcleo de la historia, el ambiente temporal y laboral, al personaje principal y esbocé algunos finales posibles.

0
Subscribe to my newsletter

Read articles from Roberto Andrade Fonseca directly inside your inbox. Subscribe to the newsletter, and don't miss out.

Written by

Roberto Andrade Fonseca
Roberto Andrade Fonseca